En un entorno cada vez más global y cambiante las empresas tienen la necesidad de contar con herramientas que le permitan mantener y mejorar su nivel competitivo. El ciclo de vida de los productos, servicios y tecnologías es cada vez más corto y la innovación es un factor clave para diferenciarse del resto de competidores, lo que deriva en la exigencia hacia las empresas de mayor flexibilidad en su propuesta de valor y adquirir habilidades y competencias para la gestión sistemática de la innovación. Las empresas van adquiriendo capacidades y conocimientos que se derivan directamente de la experiencia de cubrir todo el ciclo de vida de su propuesta de valor. Lo más habitual es que las empresas dispongan de una propuesta de valor especializada que ha ido madurando con el paso del tiempo gracias a la incorporación de capas de valor que estaban orientadas a mejorar los productos, servicios y/o tecnologías, lo que comúnmente se puede llamar “mejora”, “nueva versión”, etc. También es muy habitual que las empresas sistematicen procesos de desarrollo de nuevos productos, servicios y/o tecnologías, pero estos nuevos desarrollos, están dirigidos a los mismos mercados que la propuesta de valor pasada, esto se conoce como procesos de diversificación horizontal en mercados relacionados. En cambio es muy difícil de encontrar modelos o procesos que ayuden a las empresas a saber diversificar en mercados no relacionados con nuevas propuestas de valor y nuevos modelos de negocios para sacar el máximo provecho de una manera inteligente y eficiente a las capacidades, conocimientos y habilidades con las que la empresa actual cuenta.
A día de hoy todavía no existe un método adecuado que consiga implantar el proceso de diversificación en mercados no relacionados de manera sistematizada en las empresas. Aunque las empresas realizan grandes esfuerzos en esta dirección (creación de departamentos, alianzas, proyectos de innovación…), en muchos casos carecen de la base de partida adecuada y se ven seriamente condicionados por el día a día de la empresa, además de que en muchas ocasiones no se cuenta con la información clave necesaria y surgen problemas: el grado de madurez de la tecnología no es el esperado, las inversiones resultan mayores de las previstas, se carece de información sobre los sectores y mercados objetivo, por lo que el trabajo no está bien dirigido, no se han realizado las previsiones de inversión y viabilidad de negocio de manera apropiada, etc.