En sus inicios, la inteligencia competitiva (IC) era una disciplina que no tenía relación con los sistemas informáticos; la asistencia a ferias, los contactos personales, las visitas, las revistas físicas o los catálogos eran las fuentes de información más habituales de un analista. Con la llegada del nuevo siglo y la explosión de Internet todo eso cambió: las fuentes tradicionales se seguían utilizando, pero no aportaban la cantidad ni calidad de información que ofrece la red. Todo ello, unido a un mercado cada vez más global, donde las empresas pasaron de centrarse en lo local a tener una visión más internacional, hizo que las Tecnologías de la Información (TICs) cobraran una importancia vital en el día a día de un analista.
Cuando se empezó con la inteligencia competitiva, los sistemas informáticos eran limitados y existían pocas herramientas software para capturar la información: lectores RSS, programas básicos de filtrado, bases de datos locales en las que guardar la información… Con el tiempo, los sistemas han ido evolucionando y han aparecido en escena numerosas herramientas (de pago y gratuitas) que ofrecen al analista nuevas funcionalidades que facilitan su trabajo. En este sentido, se ha optado por dos caminos: por un lado, existen herramientas que integran funcionalidades de otras herramientas gratuitas; por otro lado, hay en el mercado soluciones integrales que no dependen de terceros e intentan cubrir el ciclo de inteligencia íntegramente.
No obstante, el mundo de la informática se mueve a enorme velocidad, y la irrupción de grandes tendencias como el Big Data o la inteligencia artificial está provocando que cada día aparezcan nuevas funcionalidades en las herramientas de inteligencia competitiva. Este artículo trata de recoger algunas de estas tendencias, que tendrán impacto a corto/medio plazo, o incluso puede que ya estén siendo implementadas en algunas herramientas.