Por un lado, hablaremos de la gestión administrativa de la cartera existente de patentes y modelos de utilidad pertenecientes a la propia empresa. Es decir, del control del ciclo de vida a través de sus diferentes estados y ámbitos geográficos de cada una de las patentes; desde que se solicitan ante la respectiva agencia estatal, hasta que finaliza el derecho de exclusividad de su explotación y pasan a ser de carácter público. Este proceso dura como máximo 20 años para el caso de familias de patentes y 10 años para el caso de los modelos de utilidad. Es un proceso complicado, tanto por la diversidad de fases en la vida de la patente, como por las diferentes rutas que puede recorrer debido a decisiones de la propia empresa y agencias de evaluación, como por las particularidades de cada estado en el que se solicita el derecho y la prioridad. Profundizaremos más en este tema en el próximo artículo.
Por otro lado, hablaremos de la vigilancia tecnológica de las patentes relacionadas con el ámbito competitivo de actuación de la propia organización o empresa. Este campo de gestión tiene dos finalidades principalmente. En primer lugar la adquisición de conocimiento sobre el estado del arte en el campo tecnológico propio de la empresa; relacionado con la búsqueda y análisis de patentes ya publicadas (que podrán todavía encontrarse en vigor o no). Y en segundo lugar, la vigilancia de la competencia en cuanto a sus desarrollos tecnológicos, sus mercados de actuación y sus estrategias de protección de conocimiento. De ello hablaremos en el tercer post de esta serie.
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