Compartir información, la base para crear una empresa competitiva

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Hace poco leímos este artículo publicado en Harvard Business Review, donde se explicaba la dificultad que tienen las organizaciones para que los empleados compartan información entre sí. Es un aspecto interesante que se puede abordar desde distintos puntos de vista, ya que algunas personas lo entenderán como un problema de liderazgo, otros como falta de cultura organizacional y otros como falta de recursos.

Nosotros abordamos este paradigma desde el punto de vista de la Inteligencia Competitiva, la cual nos dota de metodologías y herramientas software derivadas de las buenas practicas y normas UNE 166.002 y 166.006 que nos permite dar los primeros pasos hacia una empresa comprometida con el conocimiento y su divulgación trabajando en equipo.

Las empresas quieren que los empleados compartan lo que saben. Después de todo, la investigación realizada por HBR ha encontrado que esto conduce a una mayor creatividad, más innovación y un mejor rendimiento, para individuos, equipos y organizaciones. Sin embargo, a pesar de los intentos de las empresas de alentar el intercambio de conocimientos (pensemos en esos espacios de oficina abiertos), muchos empleados retienen lo que saben, un fenómeno conocido como acumulación de conocimiento u ocultación de conocimiento.

La investigación publicada en el Journal of Organizational Behavior, descubrió tres hallazgos clave:

  • Las personas comparten y ocultan conocimiento por diferentes razones. La Inteligencia Competitiva plantea establecer una sistemática normalizada, que se ejecute de forma progresiva y que esté acompañada de herramientas que faciliten su búsqueda y trasmisión.
  • Los trabajos cognitivamente más complejos, en los que las personas necesitan procesar grandes cantidades de información y resolver problemas complejos, tienden a promover un mayor intercambio de conocimientos, al igual que los trabajos que ofrecen más autonomía
  • En tercer lugar, es más probable que oculten conocimiento si creen que los compañeros confían demasiado en ellos.

Al analizar los datos sobre lo que motiva a los participantes a compartir u ocultar conocimientos, las respuestas se categorizan como «motivación autónoma» (lo que significa hacer algo porque es significativo o agradable) o «motivación controlada» (lo que significa hacer algo para obtener una recompensa o evitar un castigo). Los resultados mostraron que el intercambio de conocimientos es más probable cuando los empleados están motivados. Por el contrario, es más probable que las personas oculten su conocimiento cuando su motivación es impulsada por presiones externas («No quiero ser criticado» o «Podría perder mi trabajo»).

Esto significa que presionar a las personas para que compartan conocimientos en lugar de hacerles ver su valor no funciona muy bien. Si los trabajadores no comprenden la importancia de compartir el conocimiento para alcanzar las metas de la unidad o de la organización, es menos probable que compartan ese conocimiento. Si tienen miedo de perder una ventaja competitiva, pueden ser aún más reacios a revelar información.

Se podría argumentar que, si los empleados disfrutaran de compartir su conocimiento, podría resultar en que compartan más conocimiento tácito (ese conocimiento interno que es más difícil de registrar y transferir) en lugar de conocimiento explícito (información de libros de texto más clara) lo cual añadiría mayor valor al ejercicio.

Una vez leídos los resultados del estudio, consideramos que la Inteligencia Competitiva es un ingrediente importante de una combinación de medidas para que las empresas afronten con garantías este reto. Hacerlo de forma progresiva y con naturalidad será una de las claves, así como la formación continua de las personas en entornos innovadores y colaborativos.

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