Algunos ejemplos de la falta de un modelo claro de Inteligencia Competitiva en una organización son:
- ausencia de alineamiento estratégico de la empresa con la actividad de Inteligencia Competitiva,
- falta de objetivos claros,
- recursos mal definidos,
- ausencia de responsabilidades,
- inadecuada definición de los Factores Críticos de Vigilancia,
- etc.
Las empresas que carecen de estos modelos conceptuales acaban por no “dar en la tecla correcta” a la hora de lanzar la actividad de IC o de poner en marcha una unidad de IC. Los resultados que se obtienen son infravalorados, y el proyecto normalmente suele fracasar. Es verdad que definir un modelo de IC no es una tarea sencilla, pero tampoco imposible. Cuanto más grande y global sea tu empresa más complejo será el modelo de Inteligencia Competitiva. Si eres una PYME o una mediana empresa el modelo conceptual será más sencillo y fácil de definir e implementar.
Para INNGUMA un modelo de IC viene definido por 3 conceptos fundamentales: El Marco de trabajo, el Sistema y el Proceso.
1. Marco de trabajo: en este apartado la organización deberá definir los requerimientos estratégicos del sistema así como detectar, de forma continua, las carencias de conocimiento que se dan en la organización para la toma de decisiones organizacionales y los mecanismos para transmitirlas a los responsables y personas que trabajan en los ciclos operativos de la IC. Para definir el marco de trabajo es fundamental realizar un diagnóstico y unas acciones de sensibilización de los conceptos que definen los modelos de IC, para que la organización vaya generando la cultura necesaria para su definición e implantación.
2. Sistema: en este apartado la organización deberá definir e implantar el sistema de IC necesario para transformar los datos recopilados en el proceso de IC y generar el conocimiento necesario para la toma de decisiones empresariales. Para ello INNGUMA propone identificar aquellos procesos claves de las organizaciones tales como: creación de nuevos productos/servicios, procesos de reflexión estratégica, planes de mercado/producto, planes de innovación, etc. y definir e implementar acciones para analizar, compartir, interpretar, combinar y escenificar informaciones y conocimientos que ayuden en la toma de decisión en estos procesos claves de la organización.
3. Proceso: en este apartado la organización deberá definir e implantar las acciones necesarias para capturar, filtrar, ordenar, estructurar y sintetizar datos y textos de relevancia para la organización. La definición e implantación del proceso de IC deberá abordar acciones en el ciclo operativo de IC (Fases, Factores Críticos de Vigilancia, Recursos, etc.), en las herramientas informáticas y en la formación y capacitación de las personas que comprenden el proceso.
INNGUMA ha desarrollado la metodología COMPETE® como hoja de ruta para definir e implementar unidades de IC en organizaciones. Aunque buena parte del éxito de este proceso de definición e implementación depende de factores particulares de cada organización, COMPETE® es una metodología muy válida que establece unas pautas guiadas y sencillas para que las empresas definan e implanten unidades de IC con relativa rapidez. La metodología realiza actuaciones en los tres niveles fundamentales que definen un modelo de IC: Marco, Sistema y Proceso.
Si tienes dudas sobre cómo comenzar tu proyecto de inteligencia competitiva y necesitas apoyo profesional, no dudes en contactar con el equipo de INNGUMA y estaremos encantados de ayudarte. Además, puedes probar INNGUMA gratis si solicitas una demo en nuestra página web.