La gestión de la innovación, al definir el modo en que todas estas actividades se integran, se convierte así en un instrumento directivo de primera magnitud, capaz de contribuir substancialmente al éxito y al desarrollo de la empresa.
La gestión de la innovación puede definirse como “la organización y dirección de los recursos humanos, técnicos y económicos, con el fin de aumentar la creación de nuevos conocimientos y la generación de ideas técnicas que permitan obtener nuevos productos, procesos y servicios o mejorar los ya existentes. Así como la transferencia de esas mismas ideas a las fases de fabricación, distribución y explotación para que la organización obtenga un beneficio económico”.
Los modelos de innovación han evolucionado mucho durante los últimos años, pasando de ser unos simples modelos lineales hasta modelos más complejos, sistemáticos e interactivos. No existe un modelo explicativo claro y definitivo sobre el camino que tiene lugar desde que surge la invención hasta que ésta alcanza el mercado. Todos los modelos recogidos en la literatura presentan carencias e interrogantes, hasta el punto de que algunos autores concluyen que hasta la fecha no se ha desarrollado un modelo de la gestión de la innovación generalizable (Forrest, 1991; Hobday, 2005) mientras que otros afirman que parece difícil que se pueda alcanzar dicho objetivo (Forrest, 1991; Cooper, 1983) o incluso llegan a cuestionar el hecho mismo de intentar desarrollar un modelo universal del proceso de innovación.
A pesar de la existencia de numerosos modelos que han tratado de explicar lo que constituye el proceso de innovación, la mayoría de ellos son incapaces de capturar toda la complejidad de la realidad que trata de describir. Aún y todo, se puede decir que todos ellos recogen una serie de técnicas y prácticas muy comunes y que se repiten en los diferentes modelos revisados en el estado del arte.
La Vigilancia Tecnológica y la Inteligencia Competitiva VT/IC son dos sub-procesos que están incluidos por la mayoría de los autores en estos modelos sistemáticos para la gestión de la innovación. También es importante resaltar que las normas española UNE-EN 166002:2014 y la norma europea CEN/TC 389 (Innovation Management) también los incluyen y los relacionan con otros sub-procesos como son la gestión de las ideas y el estudio del conocimiento del contexto de la organización o su entorno competitivo.
Desde INNGUMA creemos que es muy importante ligar el proceso de la gestión de la innovación y el de la gestión de la estrategia con un proceso sistemático de VT/IC. Es una de las tareas que realizamos en nuestros procesos consultivos a la hora de diseñar y crear una unidad de VT/IC en una organización. Aunque somos conscientes de que no existe un modelo único en gestión de la innovación y que además es muy difícil de representar, dado que no es un proceso lineal, os proponemos uno donde la VT/IC actúa como soporte y punto de partida de las principales actividades que cualquier modelo de VT/IC debe contemplar:
La Inteligencia Competitiva se relaciona fundamentalmente con estos procesos nutriéndolos de información continua o puntual según los intereses de la organización:
Orientación estratégica de la Innovación: La estrategia de innovación define el papel de la innovación y establece la dirección que tomará la ejecución de la innovación. La estrategia de innovación debe de explorar la posible evolución del mercado y los escenarios, mientras que selecciona las oportunidades de mercado más atractivas. La Inteligencia Competitiva puede ayudarnos en esta tarea.
Proceso de Innovación:
- Gestión de la creatividad: está comprobado que la VT/IC facilita y promueve la creatividad inspirando a los proceso de ideación dentro de las organizaciones, tanto en las fases divergentes como en las fases convergentes.
- Desarrollo de proyectos: durante el desarrollo de los proyectos, la VT/IC puede proporcionar información fundamental y necesaria para la toma de decisiones en las diferentes fases de desarrollo de un proyecto. Algunas de las informaciones pueden estar ligadas con: los productos de los competidores, las patentes, los artículos científicos de las tecnologías en desarrollo, la normativa técnica, tesis doctorales e informaciones de mercados y sectores que hagan que diseñemos y desarrollemos un nuevo producto/servicio con unas u otras especificaciones técnico-funcionales.
- Explotación: Los mecanismos para explotar innovaciones tecnológicas obtenidas como consecuencia de actividades de I+D o del desarrollo de nuevos productos y servicios son tareas en continuo estudio por su relevancia dentro de una organización. La gestión de la propiedad intelectual, la transferencia de tecnología, el emprendimiento, el licenciamiento de tecnologías o el estudio de los modelos de negocio, entre otras, son tareas donde la información cobra un peso específico y determinista. Un dato o un informe de evolución de un mercado puede impulsar la toma de decisión de una organización para tomar el camino más interesante en ese momento en relación a ese proyecto desarrollado. La Vigilancia Tecnológica o Inteligencia Competitiva está perfectamente capacitada para nutrir cualquier de los subprocesos nombrados previamente y para estudiar las vías de explotación de un nuevo proyecto en una organización.
Si quieres integrar la actividad de Inteligencia Competitiva dentro del proceso de Gestión de la Innovación de tu empresa y necesitas consejo, puedes contactar con nosotros. También puedes probar un software profesional de Inteligencia Competitiva como INNGUMA gratis solicitando una demo.
Cooper, R.G. The New Product Process-An Empirically-Based Classification Scheme. R&D Management, vol. 13, 1983.
Forrest, J.E. Model of the process of technological innovation. Technology Analysis & Strategic Management, vol. 13, 1991.
Hobday, M. Firm-level innovation models: Perspectives on research in developed and developing countries. Technology Analysis & Strategic Management, 2005.